Capítulo 6 - Seguida
La luz finalmente se fue descolorando fuera de las ventanas. El día, caliente para Marzo,
se había dilatado, cómo si rehusase a terminar y dejarme libre.
Yo resollaba y retorcía el mojado pañuelo en otro nudo. “Kathy, deberías tener otras
obligaciones. Curt se maravillara de donde estás tú.”
“Él entenderá”.
“No puedo quedarme aquí para siempre. Y no estamos tan cerca como antes.”
“Los arreglos rápidos no son mi especialidad. Tú has decidido en contra de un nuevo
huésped-”
“Si.”
“Entonces lidia con eso, probablemente tomará algún tiempo.”
Apreté mis dientes en frustración.
“Y esto irá rápido y más suavemente si tienes algo de ayuda.”
“Estaré mejor cuando haga mis citas, lo prometo.”
“Eso no es exactamente lo que quiero decir, aunque espero que si.”
“¿Quieres decir ayuda… diferente a ti?” me encogí ente el pensamiento de lidiar con la
miseria de hoy con un extraño. “Estoy segura que tú estas calificada como cualquier
consolador-aún más.”
“Yo no quise decir otro Consolador.” Ella cambió su peso en la silla y se estiró
rígidamente.
“¿Cuántos amigos tienes, Wanderer?”
“¿Quieres decir gente del trabajo? Veo a unos pocos otros profesores al menos cada día.
Hay muchísimos estudiantes, les hablo en los pasillos…”
“¿Fuera de la escuela?”
La miré en blanco.
“Los huéspedes humanos necesitan interacción. Tú no eres usada para la soledad,
querida. Tú compartes un planeta entero de pensamientos-”
“Nosotras no salimos mucho.” Mi tentativa de humor cayó.
Ella sonrió desdeñosamente y continuó. “Tú estás luchando tan duro con tu problema,
que esto es todo en lo que te tienes que concentrar. Quizá una respuesta es no
concentrarse demasiado. Tú dijiste que Melanie se aburría durante sus horas de
trabajo…que ella es más inactiva. Quizás si desarrollas algunas relaciones, eso podría
incluirla también.”
Fruncí mis labios pensativamente. Melanie, inactiva desde el largo día de tentativa
comodidad, realmente pareció más bien estimulada por la idea.
Kathy asintió. “Involucrados con la vida, más que con ella.”
“Eso tiene sentido.”
“Y luego están los paseos físicos que estos cuerpos tienen. Nunca he visto o me he
enterado de uno igual. Una de las cosas más difíciles que los de la primer ola tuvimos
que conquistar fue el instinto de acoplamiento. Créeme, los humanos notaron cuando no
lo hiciste.” Ella sonrió abiertamente y pasó sus ojos hacia alguna memoria. Cuando no
reaccione como ella esperaba, suspiró y cruzó sus brazos impacientemente. “Oh, vamos,
Wanderer. Tú debes haberlo notado.”
“Bien, por supuesto,” masculle. Melanie se revolvió agitadamente. “Obviamente. Te he
contado acerca de los sueños…”
“No, no pensé en solamente memorias. ¿No has encontrado por casualidad a nadie que
su cuerpo haya respondido en el presente en estrictamente a un nivel químico?”
Yo pensé su pregunta cuidadosamente. “No lo creo, no he sido notificada.”
“Créeme,” dijo Kathy secamente. “Haz sido notificada.” Ella sacudió su cabeza. “Quizá
debiste abrir tus ojos y mirar alrededor por eso específicamente. Esto puede hacerte
mucho bien.”
Mi cuerpo retrocedió con el pensamiento. Registré la repugnancia de Melanie, reflejada
en mí.
Kathy leyó mi expresión. “No la dejes controlarte como tu interactúas con tu tipo,
Wanderer. No la dejes controlarte.”
Mis ventanas de la nariz llamearon. Esperaba un momento para contestar, guiando la
furia que nunca me había acostumbrado a tenerla.
“Ella no me controla”
Kathy levanto una ceja.
La furia apretaba mi garganta. “Tú no viste mas haya que un simple compañero. ¿esa
fue una decisión controlada?”
Ella ignoró mi furia y considero la pregunta pensativamente.
“Quizás,” dijo finalmente. “Es difícil saberlo. Pero tú has hecho tu punto.” Ella escogió un
hilo del dobladillo de su camisa, y luego, como si comprendiera que evitaba mi mirada
fija, dobló sus manos con resolución y cuadró sus hombros. “¿Quién sabe cuando viene
de algún huésped en algún planeta dado? Como dije antes, pienso que el tiempo es
probablemente tu respuesta. Ya sea que ella se ponga apática y silenciosa
gradualmente, permitiéndote hacer otra opción además de este Jared, o… bien, los
buscadores son muy buenos. Ellos todavía lo están buscando, y tal vez recordarás algo
que ayude.”
No me moví como su significado. Ella no pareció notar que estaba congelada en el lugar.
“Quizás ellos encuentren el amor de Melanie, y entonces ustedes podrán estar juntos. Si
sus sentimientos son tan fervientes como los de ella, la nueva alma probablemente será
dócil.”
“¡No!” No estaba segura de quien había gritado. Pude haber sido yo. También estaba
llena de horror.
Estaba en mis pies, temblando. Las lágrimas vinieron fácilmente, por una vez, ausente, y
mis manos temblando con los puños apretados.
“¿Wanderer?”
Pero me volví y corrí a la puerta, luchado con las palabras que no podían salir de mi
boca. Palabras que no podían ser mis palabras. Palabras sin sentido al menos eran de
ella, pero se sentían mías. No podían ser mías. No podían ser habladas.
‘¡Esto lo mataría! ¡Esto hará desistir a él! Yo no quiero alguien más. ¡Yo quiero Jared, no
a un extraño en su cuerpo! El cuerpo no significa nada sin él.
Escuche a Kathy llamándome por mi nombre detrás de mí cuando corrí por el camino.
No vivía lejos de la oficina del Consolador, pero la oscuridad de la calle me desorientó.
Fue dos cuadras después que me di cuenta que corría en la dirección equivocada.
L a gente me miraba, no estaba vestida para ejercicio, y no estaba trotando, estaba
escapando. Pero nadie me molestó; ellos educadamente apartaron sus ojos. Ellos
supondrían que yo era la nueva para este huésped. Actuando en la manera que un niño
haría.
Ralenticé hasta caminar, tomando el norte, entonces pude tomar una vuelta sin pasar
por la oficina de Kathy de nuevo.
Mi caminar era ligeramente más lento que correr. Oí mis pies que golpeaban la acera
demasiado rápido, pensé que estaban intentando de encajar en el tiempo de la danza de
una canción. Slap, slap, slap a través del concreto. No, esto no era como un toque de
tambor. Estaba tan enojada. Como violencia. Slap, slap, slap. Alguien golpeando a
alguien más. Me estremecí lejos de la horrible imagen.
Pude ver la lámpara sobre la puerta de mi apartamento. No me habría tomado mucho
tiempo cubrir la distancia. No crucé la calle, pensé.
Me sentí enferma. Recordaba que se sentía como el vómito, pensé que nunca lo tuve. La
fría humedad rociando mi frente, el vacío sonido timbró en mis oídos. Estaba bastante
segura a cerca de tener que experimentar por mí misma.
Hubo un banco de hierba al lado del camino. Alrededor de farol había un seto bien
ajustado. No tenía tiempo para buscar un mejor lugar. Tropecé en la luz y me sostuve
del poste. Las nauseas me hacían marearme.
Si, definitivamente iba a experimentar Vomitar.
“¿Wanderer, eres tú? ¿Wanderer, estas enferma?”
La vagamente familiar voz fue imposible concentrarme. Pero hizo las cosas peor,
sabiendo que tenía audiencia como apoyé mi rostro cerca del arbusto y violentamente
desahogué mi comida más reciente.
“¿Quién es tu curandero aquí? La voz preguntó. Sonaba lejos a través del zumbido en
mis oídos. Una mano tocó mi espalda arqueada. “¿Necesitas una ambulancia?”
Tosí dos veces y sacudí mi cabeza. Estaba segura que había terminado; mi estómago
estaba vacío.
“No estoy enferma,” dije empujándome derecha usando el farol como apoyo. Miré para
ver quien estuvo mirando mi momento de desgracia.
La buscadora de Chicago y su celular en su mano, tratando de decidir a qué autoridad
llamar. Tome una buena vista de ella e inclinándome hacia las hojas de nuevo. Con el
estómago vacío o no, ella era a la última persona que necesitaba ver ahora mismo.
Pero, como mi estómago levantado inútilmente, comprendí que había una razón de su
presencia.
¡Oh, no! ¡Oh, no no no no no no!
“¿Por qué?” murmuré, el pánico y enfermedad hurtaron el sonido de mi voz. “¿Por qué
estás aquí? ¿Qué ha pasado?” Las palabras desconfortantes del consolador golpeadas en
mi cabeza.
Miré a las manos agarradas al cuello del traje negro de la buscadora durante dos
segundos antes de que comprendiera que eran mías.
“¡Para!” dijo ella, y hubo un ultraje en su cara. Su voz repiqueteó.
Yo la sacudía.
Tiré mis manos abiertas contra mi cara. “¡Perdóneme!” Resoplé. “Lo siento, no sé que
estaba haciendo.”
La buscadora frunció el seño y alisó el frente de su vestuario. “No estás bien. Supongo le
he asustado.”
“No esperaba verle,” murmure. “¿Por qué esta aquí?”
“Permíteme conseguirte la facilidad de instalarnos antes de que hablemos. Si tienes un
resfriado, deberías curarte. No hay ninguna razón para en el alquiler, esto desgasta su
cuerpo.”
“No tengo un resfriado, no estoy enferma.”
“¿Comiste alguna mala comida? Deberías reportar donde la obtuviste.”
Su ruego fue bastante anonadador. “Tampoco comí una mala comida, estoy saludable.”
“¿Por qué no te haces una revisión? Un rápido escanéo-No deberías ser negligente con
tu huésped. Eso es irresponsable. Especialmente cuando el cuidado de la salud es tan
fácil y efectiva.”
Tome un profundo respiro y resistí la urgencia de sacudirla de nuevo. Ella estaba una
cabeza por debajo de donde yo me encontraba. Si fuese una pelea yo gano.
¿Una pelea? Me volví lejos de ella y camine rápidamente de regreso a mi hogar. Estaba
peligrosamente emocional. Necesitaba calmarme antes de que hiciera algo inexcusable.
“¿Wanderer? Espera! La revisión-”
“No necesito revisión” dije sin voltear. “Eso fue justamente… un desbalance emocional.
Estoy bien ahora.”
La buscadora no respondió. Me maravillo que ella se hiciese responsable de mí. Pude
escuchar sus zapatos de tacones altos zapateando después de mi, entonces dejé la
puerta abierta, sabiendo que me había seguido hasta adentro. Fui al fregadero y llene un
vaso con agua. Ella esperó silenciosamente mientras yo lavaba mi boca y escupía.
Cuando estuve a un lado, me incline contra el mostrador, mirando fijamente al baño.
Ella se aburrió pronto.
“Entonces, Wanderer… ¿o todavía vas con ese nombre? No quiero decir que sea rudo
llamarte así.”
No la miré. “todavía me voy por Wanderer.”
“Interesante, te fije para que escogieras uno propio.”
“Ya elegí, elegí Wanderer.”
Mucho tiempo había sido claro para mí que la polaina suave que yo había oído por
casualidad el primer día que desperté en la facilidad de la revisión fue culpa del
Buscador. El Buscador era el alma más contenciosa que yo había encontrado por
casualidad en nueve vidas. Mi primer Curandero, Fords Deep Waters, había sido
tranquilo, amable, y sabio, aún para un alma. Aún él no había sido capaz de ayudarle a
reaccionar. Esto me hizo sentirme mejor sobre mi propia respuesta.
Giré para afrontarla. Ella estaba sobre mi pequeño canapé, recostada cómodamente
como para una larga visita. Su expresión era ufana, los ojos saltones divertidos. Controlé
el deseo de fruncir el ceño.
"¿Por qué está aquí?" Pregunté otra vez. Mi voz era monótona. Serena. No podía perder
el control delante de esta mujer.
“Ha pasado mucho tiempo desde que oído algo de ti, entonces pensé que podría
revisarlo personalmente. Todavía no hemos hecho avanzar tu caso.”
Mis manos cayeron ancladas hacia el borde del contador detrás de mí, pero me quedé
con el socorro salvaje de mi voz.
“Esto parece…excesivo. Además, te envié un mensaje anoche.”
Sus cejas se juntaron al modo de ella, un modo que la hacía verse furiosa y molesta a la
vez, como si nosotras, no ella sola, fuera responsable de su furia. Ella sacó Palm y toco
la pantalla unas pocas veces.
“Oh,” dijo ella rígidamente. “No había revisado mi correo hoy.”
Ella estuvo quieta cuando leyó lo que yo había escrito.
“Lo envié muy temprano en la mañana,” dije. “Estaba medio dormida en el momento.
No estoy muy segura de cuanto de lo que escribí fue una memoria del sueño, o
escribiendo dormida, tal vez.”
Fui sola con las palabras –las palabras de Melanie- ellas fluyeron fácilmente de mi boca;
incluso añadiendo mi propio ligera risa al final. Fue algo deshonesto de mí.
Comportamiento vergonzoso. Pero no debía permitir que la buscadora supiese que
estaba más débil que mi huésped.
Por una vez, no fue Melanie la que estaba satisfecha de tener lo mejor de mí. Ella había
relevado demasiado, y estaba tan agradecida que, por mis buenas razones, dejándola
fuera.
“Interesante,” Murmuró la buscadora. “Otro suelto.” Sacudió su cabeza. “La paz continua
eludiéndonos.” No parecía consternada por la idea de una frágil paz- Tampoco parecía
agradarle.
Mordí fuerte mi labio. Melanie quería tan malamente hacer otra negación, reclamar que
el muchacho solo era parte de un sueño. ‘No seas estúpida’, le dije. ‘Eso podría ser
obvio.’ Eso dijo mucho para la repelente naturaleza de la Buscadora que ella podía poner
a Melanie y a mí en el mismo lado del argumento.
La odio. Melanie susurro aguda, dolorosamente como una cortadura.
Lo sé, lo sé. Deseé que pudiera negar lo que sentí…similarmente. El odio era una
emoción imperdonable. Pero la buscadora fue… muy difícil de gustar. Imposible.
La Buscadora interrumpió mi conversación interna. “Entonces, otra nueva locación para
revisar, ¿no tienes más para ayudarme en los mapas de caminos?”
Sentí mi cuerpo reaccionar a su tono crítico. “Nunca dije que ellos fueron por la línea de
un mapa de carretera. Eso es lo que tú asumes. Y no, no tengo nada más.”
Ella chasqueó su lengua rápidamente tres veces. “Pero dijiste que fueron direcciones.”
“Eso es lo que yo pienso que son. No tengo nada más.”
“¿Por qué no? ¿No has moderado a los humanos todavía?” ella rió ruidosamente.
Riéndose de mí.
Volteé mi espalda concentrándome en calmarme. Intentando pretender que ella no
estaba allí. Que estaba sola en mi austera cocina, mirando por la ventana al pequeño
pedazo de cielo nocturno, a las tres brillante estrellas que puede ver a través de el.
Bien, tan sola como nunca había estado.
Mientras miré a los pequeños puntos de luz en la oscuridad, las líneas que había visto
una y otra vez–en mis sueños en mis memorias rotas, cultivando hasta un extraño, no
relacionados momentos-destellaban a través de mi cabeza.
El primero: una lenta, áspera curva, luego un giro brusco al norte, otro giro de retorno
hacia otra dirección, torciendo atrás del norte por un largo estrecho, y luego una abrupta
inclinación al sur que caía dentro de otra curva hundida.
El segundo: Un zigzag rasgado, cuatro apretadas espaldas, el quinto punto
extrañamente romo, como si estuviese roto.
El tercero: una suave ola, interrumpida por un repentino espolón que pasó a un fino,
largo dedo fuero del norte y negro.
Incomprensible, aparentemente sin sentido. Pero yo supe que esto fue importante para
Melanie. Desde el principio lo supe. Ella protegió este secreto más fieramente que
cualquier otro, cerca del muchacho, su hermano. No tenía idea de su existencia hasta el
sueño de la noche pasada. Maravillada de que esto la hubiese lastimado. Quizá como ella
creció ruidosamente en mi cabeza, ella pudo perder más de sus secretos en mí.
Quizá ella tuviese un desliz, y pude ver lo que aquella extraña línea significaba. Supe
que ellos significaban algo. Que ellos lo llevaron a algún lado.
Y en el momento, con el eco de la risa de la Buscadora todavía colgada en el aire,
súbitamente me di cuenta de por qué ellos fueron tan importantes.
Ellos lo llevaron de vuelta a Jared, por supuesto. De regreso los dos de ellos, Jared y
Jamie. ¿Dónde más? ¿Qué otro lugar podría posiblemente guardar algún significado para
ella? Solo uno, lo vi fue no atrás porque ninguno de ellos había seguido estas líneas
antes. Líneas que habían sido como mucho un misterio para ella como para mí, hasta…
La pared lentamente me bloqueó. Ella estaba distraída, prestando más atención a la
Buscadora que estaba. Ella aleteaba en mi cabeza como un sonido detrás de mí. Y eso
fue lo primero que esperé, el enfoque de la Buscadora.
La buscadora suspiró, “Esperaba más de ti. Tu historial parecía ser prometedor.”
“Esto es una lástima que tu no estabas libre para tu asignamiento. Estoy segura que si
tienes un trato con un huésped resistente, podría haber sido un juego de niños.” No
voltee a mirarla. Mi voz mantuvo su nivel.
Ella inhaló “Las olas tempranas fueron desafiadas suficientemente inclusiva sin un
huésped resistente.”
“Si. He experimentado unos pocos deslizamientos.”
La buscadora resopló. “¿Vimos a las algas marinas muy difíciles de domesticar?
¿Escaparon?”
Mantuve mi voz en calma. “Tuvimos problemas en el polo sur. Por supuesto el norte fue
otro significado. Fue mal manejado. Perdimos el bosque entero.” La tristeza de esa
época hizo eco debajo de mis palabras. Miles sensibles empezaron, cerrando los ojos
para siempre más bien que nos aceptaran, ellos rizaron sus alas para los soles y
hambrientos.
Bien por ellos, susurró Melanie. No hubo veneno conectado al pensamiento, únicamente
la aprobación de cómo ella saludó a la tragedia en mi memoria.
Fue un desperdicio. Dejé la agonía del conocimiento, el sentimiento de los pensamientos
que mueren que nos habían atormentado con nuestro dolor del bosque de nuestra
hermana, se levantó por mi cabeza.
Esto era la muerte de uno u otro modo.
La buscadora hablo, y trató de concentrarse solo en una conversación.
“Si.” Su voz fue desconfortante. “Fue pobremente ejecutado.”
“Tu nunca puedes ser tan cuidadosa cuando esto venga a repartir poder. Algunos no son
tan cuidadosos como deberían.”
Ella no respondió, y oí sus movimientos unos pocos pasos atrás. Todos sabían que el
error detrás de los masivos suicidios pertenecían a los buscadores, quienes, por que las
Algas Marinas no pudieron huir, habían sobreestimado su habilidad para escapar. Ellos
debieron proceder imprudentemente, empezando el primer establecimiento antes que
hubiésemos adecuado los números en un lugar para una escala natural de asimilación.
Por el tiempo ellos asimilaron que las Algas Marinas eran capaces de, estaban dispuestos
a hacer, fue demasiado tarde. El siguiente envío de almas invernantes fue muy lejos, y
antes de que llegaran el bosque del norte había caído.
Ahora enfrenté a la Buscadora, curiosa de juzgar el impacto de mis palabras, ella estaba
impaciente, mirando a la nada de la blancura de la pared desnuda a través de la
habitación.
“Siento no poder ayudarte más que eso.” Dije las palabras firmemente, tratando de
despedirla claramente. Estaba lista para tener mi casa para mí misma de nuevo. ‘Para
nosotras’, añadió Melanie rencorosamente. Suspiré. Ella estaba pagada de sí misma
ahora. “Tu realmente no debes tener problemas de venir tan rápido.”
“Este es el trabajo,” dijo la buscadora encogiéndose. “Eres mi única asignación. Hasta
que encuentre al resto de ellos, también puedo permanecer cerca de ti y esperar a que
tenga suerte.”
Capítulo 7 - Confrontada
“¿Sí, Faces Sunward?” dije, agradecida de que la mano levantada interrumpiera mi
conferencia.
No me sentía tan cómoda detrás del atril como solía hacer. Mi mayor fuerza, mi único y
verdadero credencial-mi cuerpo de huésped había recibido poca enseñanza convencional,
rápidamente desde su temprana adolescencia, era la experiencia personal desde la que
solía enseñar. Esta era la primera historia del mundo que había presentado este
semestre y no tenía de qué echar mano. Estaba segura de que mis alumnos estaban
padeciendo la diferencia.
“Siento interrumpir, pero…” el hombre de peno canoso hizo una pausa, luchando para
plantear la pregunta. “No estoy seguro de entenderlo. ¿Los Probadores de Fuego
realmente… injerían el humo de las Flores Andantes quemadas? ¿Cómo alimento?”
intentó reprimir el horror en su tono.
Un alma no era quién para juzgar a otra alma. Pero yo no estaba sorprendida, dada su
experiencia en el Planeta de las Flores, de su violenta reacción por el destino de una
forma de vida similar en otro mundo.
Siempre me resultaba asombroso cómo algunas almas se encerraban a sí mismas en los
asuntos de cualquier mundo que hubieran habitado e ignoraban al resto del universo.
Pero, para ser justos, quizá Faces Sunward había estado hibernando cuando el Mundo
del Fuego se dio a conocer.
“Sí, recibían los nutrientes esenciales de este humo. Y ahí reside el dilema fundamental
y la controversia del Mundo del fuego, y la razón por la que el planeta no ha sido
cerrado, a pesar de que haya habido tiempo de sobra para probarlo. También hay un
alto porcentaje de traslado.”
>>Cuando se descubrió el Mundo del Fuego, se pensó al principio que las especies
dominantes, los Probadores de Fuego, eran las únicas formas de vida inteligente. Los
Probadores de Fuego no consideraban a las Flores Andantes como sus iguales (un
prejuicio cultural), así que pasó un tiempo, incluso después de la primera ola de
colonización, hasta que las almas se dieron cuenta de que estaban asesinando a
criaturas inteligentes. Desde entonces, los científicos del Mundo del Fuego han centrado
sus esfuerzos en tratar de encontrar un remplazo para las necesidades dietéticas de los
Probadores de Fuego. Se están transportando allí arañas para ayudar, pero los planetas
están a cientos de años luz. Cuando se venza este obstáculo, y estoy segura de que será
pronto, se espera que las Flores Andantes puedan ser también asimiladas. De momento,
se ha quitado la mayor parte de la brutalidad de la ecuación. La, humm… parte que de
quemar seres vivos, por supuesto, y otros aspectos también.”
“¿Cómo pueden…?” Faces Sunward fue bajando el tono, incapaz de terminar la frase.
Otra voz completó el pensamiento de Faces Sunward.
“Parece un ecosistema muy cruel. ¿Por qué no se abandonó el planeta?”
“Naturalmente, ya se ha discutido sobre eso, Robert. Pero nosotros no abandonamos los
planetas a la ligera. Hay muchas almas para las que el Mundo de Fuego es su hogar. No
se les hará abandonar su hogar contra su voluntad.” Miré ausente mis notas, dando por
terminada la discusión.
“¡Pero es brutal!”
Robert era físicamente más joven que el resto de estudiantes; de hecho, se acercaba
más a mi edad que ningún otro. Y en verdad era un niño en un sentido más importante.
La Tierra era su primer mundo (la Madre, en este caso, había sido también una
habitante de la Tierra, antes de entregarse) y no parecía tener tanta perspectiva como
las almas mayores y más viajadas. Me pregunté cómo sería nacer en la insoportable
sensación y emoción de estos huéspedes sin ninguna experiencia anterior para hace
balance. Sería difícil encontrar objetividad. Intenté recordar eso y ser especialmente
paciente cuando le respondí.
“Cada mundo es una experiencia única. Si uno no ha vivido en ese mundo, es imposible
comprenderlo de verdad.”
“Pero usted nunca ha vivido en el Mundo del Fuego – me interrumpió. – Debe haber
sentido lo mismo… A no ser que tuviera usted alguna otra razón para no ir a ese planeta.
Ha estado en muchos otros lugares.”
“Elegir un planeta es una decisión muy personal y privada, Robert, como algún día
comprobarás – mi tono cortó totalmente el tema.”
¿Por qué no se lo dices? En realidad, piensas que es brutal, cruel e incorrecto. Lo que es
bastante irónico, si quieres saber mi opinión-aunque nunca quieres-¿Dónde está el
problema? ¿Te avergüenzas de estar de acuerdo con Robert? ¿Porque él es más humano
que los demás?
Melanie, que había encontrado su voz, se había vuelto totalmente insoportable. ¿Cómo
se suponía que iba a concentrarme en el trabajo con sus comentarios sonando en mi
cabeza todo el tiempo?
En el asiento detrás de Robert, una oscura sombra se movió. La Buscadora, vestida de
su habitual negro, se inclinó hacia delante, prestando atención por primera vez a la
discusión. Resistí el impulso de fruncirle el ceño. No quería que Robert, todavía
incómodo, se confundiera y pensara que lo hacía por él. Melanie refunfuñó. Ella quería
que no me resistiera. Tener a la Buscadora acechándonos a cada paso había sido
educativo para Melanie; ella creía que no podría odiar a nada ni a nadie más de lo que
me odiaba a mí.
“Casi se nos ha acabado el tiempo.” anuncié con alivio. “Me complace informaros de que
tendremos un conferenciante invitado el próximo martes, que podrá compensar mi
ignorancia en este asunto. Flame Tender, una reciente adquisición para nuestro planeta,
estará aquí para darnos una versión más personal de la colonización del Mundo de
Fuego. Sé que le brindaréis la misma cortesía que me brindáis a mí, y seréis respetuosos
con la corta edad de su huésped. Gracias por vuestro tiempo.”
La clase empezó a salir lentamente, muchos de los estudiantes se quedaban rezagados
hablando con otros compañeros mientras recogían sus cosas. Me vino a la mente lo que
Kathy me había contado sobre las relaciones de amistad, pero yo no deseaba hacerme
amiga de ellos. Eran extraños. ¿Era así como me sentía? ¿O era como se sentía Melanie?
Era muy difícil de decir. Puede que yo fuera de naturaleza antisocial. Mi historia personal
apoyaba esa teoría, supongo. Nunca había sentido un cariño lo suficientemente fuerte
como para que permaneciera en un planeta durante más de una vida. Me di cuenta de
que Robert y Faces Sunward se paraban en la puerta, inmersos en una discusión que
parecía intensa. Podía adivinar el tema.
“Las historias sobre el Mundo de Fuego ponen los pelos de punta.” Comencé a decir
levemente.
La buscadora estaba a mi lado. Normalmente, anunciaba su acercamiento con los golpes
de sus duros zapatos. Bajé la vista para ver que llevaba puestas unas zapatillas
deportivas por primera vez-negras, por supuesto. Era aún más diminuta sin los
centímetros de más.
“Éste no es mi tema favorito,” dije con voz suave. “Prefiero tener experiencia de primera
mano para compartir.
“Reacciones fuertes por parte de la clase.”
“Sí.”
Me miró expectante, como si estuviera esperando algo más. Guardé mis notas y me
volví para meterlas en el bolso.
“Parecía que tú también reaccionas.”
Puse mis notas en el bolso cuidadosamente, sin girarme.
“Me preguntaba por qué no respondiste a la pregunta.”
Hubo una pausa, mientras ella esperaba a que contestara. No lo hice.
“Bueno, ¿por qué no contestaste a la pregunta?”
Me di la vuelta, sin ocultar la impaciencia en mi rostro.
“Porque no era pertinente para la lección, porque Robert necesita aprender maneras, y
porque éste no es el trabajo de nadie más.”
Me colgué el bolso del hombro y me dirigí hacia la puerta. Ella permaneció a mi altura,
acelerando para seguir el ritmo de mis piernas, más largas que las suyas. Bajamos al
vestíbulo en silencio. No fue hasta que estuvimos fuera, donde el sol de la tarde
iluminaba las motas de polvo en el aire salado, que volvió a hablar.
“¿Crees que alguna vez te asentarás, Wanderer? ¿En este planeta, quizás? Parece que
tienes afinidad con sus… sentimientos.”
Me molestó el insulto implícito en su tono. No estaba segura de qué manera me había
insultado, pero estaba claro que lo había hecho. Melanie se agitó resentida.
“No estoy segura de lo que quieres decir.”
“Dime algo, Wanderer. ¿Te compadeces de ellos?”
“¿De quién?” pregunté inexpresivamente. “¿De las Flores Andantes?”
“No, de los humanos.”
Dejé de andar, y ella se paró a mi lado. Estábamos a unas pocas calles de mi
apartamento, y yo me había apresurado, esperando poder deshacerme de ella, pero
parecía que no, se había auto invitado a venir. Pero su pregunta me pilló por sorpresa.
“¿De los humanos?”
“Sí. ¿Te compadeces de ellos?”
“¿Tú no?”
“No. Eran una raza absolutamente cruel. Fueron afortunados de sobrevivir los unos a los
otros durante todo ese tiempo.”
“No todos eran malos.”
“Tenían una predisposición genética a serlo. La crueldad formaba parte de su especie.
Pero tú los compadeces, según parece.”
“Eso es mucho para perder, ¿no crees?” gesticulé a nuestro alrededor. Estábamos en
una especie de parque entre dos residencias de es estudiantes cubiertas de hiedra. El
verde profundo de la hiedra era agradable a la vista, especialmente en contraste con el
rojo descolorido de los viejos ladrillos. El aire era dorado y suave, y el olor del océano le
dio un toque salado a la fragancia dulce de la miel de las flores de los arbustos. La brisa
acarició la piel desnuda de mis brazos.
“En tus otras vidas, no has podido sentir algo tan vívido. ¿No compadeces a los seres de
quienes has tomado esto?” Su expresión permaneció inescrutable, impasible.
Intenté hacerla involucrarse, llevarla a considerar otro punto de vista.
“¿En qué otros mundos has vivido?”
Vaciló, pero luego cuadró sus hombros.
“En ninguno. Sólo he vivido en la Tierra.”
Eso me sorprendió. Era tan niña como Robert.
“¿Sólo un planeta? ¿Y escogiste ser Buscadora en tu primera vida?”
Asintió una vez, moviendo la barbilla.
“Vale. Bueno, es asunto tuyo.” Comencé a andar de nuevo. Tal vez, si respetaba su
privacidad, ella haría lo mismo conmigo.
“He hablado con tu Consoladora.”
O tal vez no, pensó Melanie amargamente.
“¿Qué?” exclamé.
“He averiguado que estás teniendo más problemas que aparte de no poder acceder a la
información que necesito. ¿Has considerado intentarlo en otro huésped más flexible? Ella
te lo sugirió, ¿no?”
“¡Kathy no te diría nada a ti!”
La cara de la Buscadora era de satisfacción.
“Ella no tuvo que contestarme. Soy muy buena leyendo expresiones faciales humanas.
Sé cuándo mis preguntas dan en el clavo.”
“¿Quién te dio permiso? La relación entre un alma y su Coordinadora…”
“Es sacrosanta, sí. Me sé la teoría. Pero el término aceptable de investigación no parece
funcionar en tu caso. Tengo que ser creativa.”
“¿Crees que te escondo algo?” pregunté, demasiado enfadada para controlar la
repugnancia en mi voz. “¿Crees que se lo he contado a mi Coordinadora?”
Mi rabia no la achantó. Quizás, dada su extraña personalidad, ya había tenido que
enfrentarse a reacciones como la mía.
“No. Creo que me has contado lo que sabes… Pero no creo que estés haciéndolo tan bien
como podrías hacerlo. He visto esto antes. Estás sintiendo cierta empatía por tu
huésped. Inconscientemente, estás dejando que sus recuerdos se conviertan en tus
deseos. Probablemente sea tarde para ponerle remedio. Creo que estarías más cómoda
trasladándote a otro huésped. Quizás alguien tenga mejor suerte que tú con ella.”
“¡JA!” grité. “Melanie se lo comería vivo.”
Su expresión se congeló.
Ella no tenía ni idea, no importaba lo que pensara que había descubierto gracias a Kathy.
Ella pensaba que la influencia de Melanie provenía de su memoria, que era algo
inconsciente.
“Me parece muy interesante que hables de ella en presente.”
Ignoré aquello, intentando fingir que no había metido la pata.
“Si crees que alguien tendría mejor suerte que yo penetrando en sus secretos, estás
equivocada.”
“Sólo hay una forma de saberlo.”
“¿Tienes a alguien en la mente?” pregunté con la voz llena de aversión.
Sonrió abiertamente.
“He conseguido permiso para intentarlo. No debe faltar mucho. Van a sacarme de mi
huésped.”
Tuve que respirar profundamente. Estaba temblando, y Melanie estaba tan llena de odio
que no le salían las palabras.
La idea de tener a la Buscadora dentro de mí, aunque supiera que yo no estaría ahí, era
tan repugnante que sentí que me venía de nuevo la náusea de la última semana.
“Es una pena para tu investigación que yo no sea una Skipper.”
Los ojos de la Buscadora se estrecharon.
“Bueno, probablemente eso hará que el intercambio se alargue. La historia nunca me ha
interesado mucho, pero ahora parece que voy a tener que tragarme un curso entero.”
“Acabas de decir que es probable que ya sea demasiado tarde para intentar sacar algo
más de su memoria.” Le recordé, luchando por calmar mi voz “¿Por qué no vuelves a
donde pertenezcas?”
Se encogió y mostró una apretada sonrisa.
“Estoy segura de que es muy tarde… para la información voluntaria. Pero si no cooperas,
ella me llevará hasta ellos.”
“¿Te llevará?”
“Cuando ella tome todo el control, y tú no eres mejor que el débil ése, que un día fue
Racing Song, y ahora es Kevin. ¿Lo recuerdas? ¿El que atacó al Curandero?”
Fijé mi vista en ella, con los ojos muy abiertos, las aletas de mi nariz abiertas.
“Sí, probablemente sólo sea cuestión de tiempo. Tu Coordinadora no te mostró las
estadísticas, ¿verdad? Bueno, aunque lo hubiera hecho, ella no tendría la última
información a la que hemos accedido. El porcentaje de éxito a largo plazo para
situaciones como la tuya-en la que un huésped humano empieza a resistirse-está por
debajo del veinte por ciento. ¿Sabías que eran tan malas? Están cambiando la
información que les dan a los colonos potenciales. No se ofrecerán más huéspedes
adultos. Los riesgos son demasiado grandes. Estamos perdiendo almas. No pasará
mucho tiempo antes de que ella te hable, hable a través de ti, controle tus decisiones.”
No me moví ni un centímetro, ni relajé ningún músculo. La Buscadora se inclinó,
acercando su cara a la mía. Su voz se volvió baja y suave, en un intento de resultar
persuasiva.
“¿Eso es lo que quieres, Wanderer? ¿Perder? ¿Desvanecerte, borrada por otra
conciencia? ¿No ser más que el cuerpo de un huésped?”
Se me cortó la respiración.
“Sólo irá a peor. No serás tú nunca más. Te vencerá, y tú desaparecerás. Puede que
alguien intervenga… Puede que te trasladen como hicieron con Kevin. Y te convertirás en
una niña llamada Melanie a la que le gusta juguetear con coches más que componer
música. O lo que sea que ella haga.”
“¿Las probabilidades de éxito están por debajo del 20%?” Susurré.
Afirmó con la cabeza, intentando reprimir una sonrisa.
“Te estás perdiendo a ti misma, Wanderer. Todos los mundos que has visto, todas las
experiencias que has vivido, habrán sido en vano. Observé en tus archivos que tienes
capacidad para la Maternidad. Si te entregaras a ser madre, no estaría todo malgastado.
¿Por qué te desperdicias a ti misma? ¿Has considerado la maternidad?”
Me alejé de ella, ruborizándome.
“Lo siento” refunfuñó, enrojeciendo también. “Eso ha sido una falta de educación. Olvida
que lo he dicho.”
“Me voy a casa. No me sigas.”
“Tengo que hacerlo, Wanderer. Es mi trabajo.”
“¿Por qué te preocupas tanto por un puñado de humanos? ¿Por qué? ¿Cómo sigues
justificando tu trabajo? ¡Hemos ganado! ¡Ya es hora de que te unas a la sociedad y
hagas algo productivo!”
Mis preguntas, mis acusaciones implícitas, no la alteraron.
“En cualquier lugar en el que sus márgenes tocan los nuestros, hay muerte.” Dijo las
palabras pacíficamente, y por un momento vislumbré a una persona diferente en su
rostro. Me sorprendí cuando me di cuenta de que ella creía profundamente en lo que ella
misma había dicho. Una parte de mí había supuesto que había elegido ser buscadora
porque ansiaba ilícitamente la violencia. “Incluso si un alma se pierde en tu Jared o tu
Jamie, esa alma será demasiado. Hasta que haya una paz total en este planeta, mi
trabajo estará justificado. Mientras que haya Jareds vivos, soy necesaria para proteger
nuestra especie. Mientras haya Melanies dirigiendo a las almas, dominándolas…”
Le di la espalda y me dirigí a mi apartamento a grandes zancadas, por lo que tendría que
correr si ella quisiera continuar.
“¡No te pierdas a ti misma, Wanderer!” Dijo detrás de mí. “¡Se te acaba el tiempo!”
paró, y entonces gritó más alto. “¡Avísame cuando tenga que empezar a llamarte
Melanie!”
Su voz se fue apagando mientras aumentaba la distancia entre nosotras. Yo sabía que
ella seguiría a su ritmo. Esta última incómoda semana-viendo su cara en la parte de
atrás de cada clase, escuchando sus pasos detrás de mí cuando caminaba cada día-no
era nada comparado con lo que estaba por venir. Ella iba a hacer de mi vida una miseria.
Sentía como si Melanie estuviera revolviéndose violentamente contra las pareces
internas de mi cráneo.
Vamos a enlatarla. Diles a tus superiores que ha hecho algo inaceptable. Que nos ha
agredido. Es su palabra contra la nuestra.
En un mundo humano, le recordé, casi triste de no poder tener acceso a ese recurso
humano. No hay superiores en ese sentido. Todos trabajan juntos como iguales. Hay
algunos que buscan la información y la dan, para mantener la información organizada, y
consejos que toman decisiones sobre la información, pero no la sacarán del puesto que
ha elegido. Verás, funciona como…
¿Qué importa cómo funciona si no nos va a ayudar? Ya sé, ¡entonces matémosla! La
imagen gratuita de mis manos enroscándose alrededor del cuello de la Buscadora llenó
mi cabeza.
Este tipo de cosas son los motivos por los que este lugar está mejor a cargo de mi
especie. No insistas. Disfrutarías de eso tanto como yo. La imagen volvió, la cara de la
Buscadora volviéndose azul en nuestra imaginación, pero esta vez la acompañó una
feroz ola de placer.
Ésa eres tú, no yo. Mi declaración era verdad; la imagen me ponía enferma. Pero estaba
peligrosamente cerca de ser falsa. Disfrutaría muchísimo de no volver a ver nunca a la
Buscadora.
¿Qué hacemos ahora? Yo no me rindo. Tú no te rindes. ¡Y esa maldita Buscadora está
absolutamente segura de que no se va a rendir!
No le contesté. No tenía ninguna respuesta preparada. Mi cabeza se quedó en silencio
durante un breve momento. Era agradable. Lamentaba que el silencio no fuera durar
mucho. Pero sólo había una manera de comprar mi paz. ¿Estaba dispuesta a pagar el
precio? ¿Me quedaba alguna otra opción?
Melanie se calmó lentamente. Para cuando atravesé a la puerta delantera, cerrando tras
de mí los cerrojos que nunca antes había cerrado-los artefactos humanos no tenían lugar
en un mundo pacífico, sus pensamientos eran contemplativos.
Nunca había pensado en cómo habéis hecho continuar la especie. No sabía que era así.
Nosotros nos lo tomamos muy en serio, como puedes imaginar. Gracias por tu interés.
No se molestó por la enorme carga de ironía que llevaban mis pensamientos.
Ella todavía reflexionaba sobre este descubrimiento mientras yo encendía el ordenador y
empezaba a buscar vuelos en avión. Fue un segundo antes de que ella se diera cuenta
de lo que estaba haciendo.
¿A dónde vamos? El pensamiento contenía una nota de pánico. Sentí su conciencia
comenzar a merodear por mi cabeza, su toque, como un suave cepillo de plumas,
buscando algo que le estaba ocultando.
Decidí ahorrarle la búsqueda.
Me voy a Chicago.
Ahora había más que una simple nota de pánico en su voz.
¿Por qué?
Voy a ver al Curandero. No confío en ella. Quiero hablar con él antes de tomar mi
decisión.
Hubo un breve silencio antes de que ella volviera a hablar.
¿La decisión de matarme?
Sí, ésa.
jueves, 18 de diciembre de 2008
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